Mezquino personaje,
cara a cara das seda
y a la espalda tela de saco.
Tu atalaya desde la que oteas,
menospreciando a los cercanos
está cimentada en estiércol,
en la basura de lo más falso.
No me vendas tu amistad
que no compro traiciones,
que la mentira es gratis,
y no gasto en hipocresías.
Quítate la vestidura
que da dignidad a tu carroña,
no la ensucies con tus pústulas
de putrefacto desperdicio
y vuelve a tu guarida
que no eres de esta manada.
No quiero tus palmadas
de falso consuelo a mis desvelos
que manchas mi lomo blanco
con tu lacia mano
de fétidos sudores fríos.
Ya se sabe en estos puertos
de tus oscuras andanzas,
de tus inmundas miserias
y tus aliados,
tu diezmada camarilla,
tenlo claro,
mirará a otro lado
al llegar la hora,
el momento exacto
de rendir las cuentas.