Vuelto a la labor,
tras derroche de libres momentos,
regalados minutos de holganza
perdidos en hojarasca de calendario,
la obligación nominativa
vuelve a asomarse
zarandeando despertadores.
Enfrentado al qué,
te preguntas por qué,
para qué haces lo que dicen que hagas,
lo que hay que hacer o simular.
De nuevo engranado,
motor móvil,
funcionas sin ritmo
y patina el resorte deshabituado,
no hay cuidado
no rompe la cadena
tu torpe rendimiento convaleciente.
Tú lo sabes,
sin ti también funciona
y tu deserción sería
mínima pausa
hasta nuevo anclaje.
Para qué escapar
sin alambrada
si todo es presidio y penitencia
y al otro lado está el vacío.
Parece una letra de "El Muro" de Pink Floyd, me gusta por apocalíptica y reveladora. Un saludo y espero que puedas visitarme.
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