Días de viento negro,
viento de aires al peso,
plomizos susurros de un planeta
que perdió el amor orbitando.
Y escapan los silencios tendidos
en vuelo errático
hacia otros balcones,
húmedos aún de palabras
sin centrifugar,
siempre en fuga,
siempre ahuyentados
por el pánico a las certezas.
Viento negro,
cárdeno a veces
de recortar aristas
en la Ciudad de Paso,
villa poliédrica
en alzada
y fusiforme en planta,
crisálida pendiendo
de un hilo de seda jacobea.
viento de aires al peso,
plomizos susurros de un planeta
que perdió el amor orbitando.
Y escapan los silencios tendidos
en vuelo errático
hacia otros balcones,
húmedos aún de palabras
sin centrifugar,
siempre en fuga,
siempre ahuyentados
por el pánico a las certezas.
Viento negro,
cárdeno a veces
de recortar aristas
en la Ciudad de Paso,
villa poliédrica
en alzada
y fusiforme en planta,
crisálida pendiendo
de un hilo de seda jacobea.