Hoy, directamente,
me descolgué del perchero.
Amanecí estirado y ágil,
con la elegancia innata
de cualquier colgado.
Fina estampa,
caballero,
con la solapa sin jazmín
por lo de la primavera confinada.
Saludé educado
a cuanto microbio atisbaba
en mis inmediaciones,
vigilante pero atento
que lo cortés no quita lo asustado.
Desayuné y ya vivo la noche,
como un transeúnte del tiempo.
Mañana será algún día.
me descolgué del perchero.
Amanecí estirado y ágil,
con la elegancia innata
de cualquier colgado.
Fina estampa,
caballero,
con la solapa sin jazmín
por lo de la primavera confinada.
Saludé educado
a cuanto microbio atisbaba
en mis inmediaciones,
vigilante pero atento
que lo cortés no quita lo asustado.
Desayuné y ya vivo la noche,
como un transeúnte del tiempo.
Mañana será algún día.