Ahí fuera hay sol
de primavera neonata
provocando,
tentando cual serpiente en árbol
de la ciencia del bien
y del mal.
En el piso anejo
un taladro me taladra
el ánimo como queriendo
colgar de mí
un cuadro clínico.
Se ensaña el ruido cruel
sabiéndome confinado
y de mi frente brotan flores
del mal más homicida.
En la pantalla señoras
y señores muy serios
nos cuentan las cuentas
y los balances
de este desastre silencioso,
silencioso en tanto
mi vecino pause.
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