que casi me dejo la vida en humo,
perdiendo la garganta a un solo tajo,
aún vulnero tus profundidades,
a casi petición tuya,
sólo faltaba.
Pues yo,
que tanto creí que era
sólo soy ahora a tu demanda.
Siempre fue así,
nadie lo dude,
a tu demanda.
Pues me disminuí
tras la cuchilla.
Tras la rebanada
que me resucitó
a certero corte.
Y las ínfulas de amante
a veces se menoscaban
cuando la muerte rondó
toda frontera.
Mas me amaste
sin paliativos
y te amo,
a impulso decente
de ansia certera.
Y en lo esporádico
propago un universo
que te expando sincero.
El único que otorgo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.