Escucho silencios de arena,
mientras mastico vidrios
de hieles rotas,
persiguiendo el aire
que despide el desplante y huyen,
los ojos huyen proscritos,
reos de mentiras a chorro
de la fuente de la que bebes.
Cartón mojado
es mi techo bajo la galaxia.
Partícula acelerada
en el giro,
presta al apocalípsis,
hambrienta de planetas
y supernovas,
soy mínimo y terminal
de las materias.
Quizá llueva en las macetas rotas,
quizá la sal no sea de la espuma,
es posible que la sangre
carezca de memoria.
miércoles, 7 de mayo de 2014
Sangre y amnesia
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