Estos días de lobo
que se reinician
en la entraña candente.
Días de acecho,
de fauce abierta,
incineran los momentos
que en la memoria rugen.
Surge el ansia
depredadora de razones,
vengativa del sentido
que nos amarra en la guarida.
Días de lobo,
de escozor de alambrada,
de olfatos lacerantes,
de lengua árida.
Sangre tibia
aclarada a Luna.
Ardor de ánimo
que incendia lo prudente.
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