Vivo,
que vivo yo en un camino,
una cuneta,
un sendero,
junto a un lecho de aguaceros,
montañas
de negra entraña,
aires de gaita
y hollín.
Vivo,
habito asfalto peregrino,
vía de luces cansadas,
galanes de barricada
y damas de matinal domingo.
Hoguera de Junio
pagana y feligresa,
bautistas y boticarios mártires
de alguna huelga pasada.
Sangre ácida de manzana
rompiendo en cáliz templario
para lavar nostalgias
de tiempos de relumbre.
Vivo,
porque de donde estoy soy,
si quiero y cuando gusto,
en un valle de tránsito,
en un quejido vaquero
de aceras grises
y camisa blanca
de esperanzas no perdidas.
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