lunes, 27 de febrero de 2017

JOVELLANOS

Bailan valses enloquecidos
los niños más despistados
mientras los patinetes se apilan
junto a un columpio desvencijado.

Las palomas ejercen agresiva mendicidad
entre las terrazas de las solariegas familias
de mostos blancos en copa.

Los taxis inmaculados asumen
las esperas penitenciales.

Las hojas del magnolio murmuran
los ecos jubilados.

El sol agrede a demanda
las pieles más avariciosas.

En el Jovellanos se dispersa
un Mieres reiterado
mientras paso sin mirar,
eludiendo saludos obligados
y preguntas sin respuesta acertada. 

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