Deducido el montante de lo gastado,
aplicado el descuento de lo desvivido,
queda saldo posible aún en precario
y no todos me niegan crédito.
Perdí partidas quemando naves,
aposté las noches más desangradas
empeñando anillos de promesas muertas
ante munícipes ebrios.
Miro adelante y me veo ligero,
sin el peso muerto de la palabra hablada,
con una muerte burlada
y lo que reste envuelto en pañuelo anudado.
aplicado el descuento de lo desvivido,
queda saldo posible aún en precario
y no todos me niegan crédito.
Perdí partidas quemando naves,
aposté las noches más desangradas
empeñando anillos de promesas muertas
ante munícipes ebrios.
Miro adelante y me veo ligero,
sin el peso muerto de la palabra hablada,
con una muerte burlada
y lo que reste envuelto en pañuelo anudado.
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