En las entrañas del viento
se esconde la muerte en grano
para sembrar ausencias.
En la raíz de la encina
se guarda la savia antigua
que cuaja las palabras
que nos arrojamos.
En el reverso de tu ojo
se constelan deseos
y la ternura habita,
unívoca e insolente.
se esconde la muerte en grano
para sembrar ausencias.
En la raíz de la encina
se guarda la savia antigua
que cuaja las palabras
que nos arrojamos.
En el reverso de tu ojo
se constelan deseos
y la ternura habita,
unívoca e insolente.
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