comienza a tornar los tomos en fascículos
y los fascículos en octavillas al viento
para lavar renglones en los charcos.
Esta biografía al filo,
siempre al filo,
de pistola, espada,
de verso torcido,
verso en viruta,
amores de tormento
y de luces de laguna.
Pecados y penitencias
y mucho dicho,
demasiado quizá
para la huella.
Esta biografía
va acabando en mala hora
y dejar quería un saludo amable
a quien me acompañó en trayectos,
espacios y sonidos.
Un agradecimiento en roce
en estos versos así,
en llovizna.
A los míos, primero,
que bien me padecieron,
y al resto que estuvo siempre.
Vivan, por favor, vivan cualquier rato,
que les habla alguien que sustrae cualquier suspiro.
Apártense del odio y siéntanse en lo común.
Vivan, por favor.
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