La mujer,
habitando un banco
veterano de parque
en una tarde de bruma,
mira al niño,
vestido de gorriones
junto al estanque
de plomo.
Las voces maternas,
en susurros anudados,
se trenzan furtivas
enmarañando vecindades.
Otro niño,
embalado en terciopelo,
patea con saña
agonizantes palomas.
El padre ríe,
recordando rurales
ahorcamientos
de gatos sin censo.
En el impoluto parque,
de columpio ergonómico,
florece el excremento
de estos dias raros.
habitando un banco
veterano de parque
en una tarde de bruma,
mira al niño,
vestido de gorriones
junto al estanque
de plomo.
Las voces maternas,
en susurros anudados,
se trenzan furtivas
enmarañando vecindades.
Otro niño,
embalado en terciopelo,
patea con saña
agonizantes palomas.
El padre ríe,
recordando rurales
ahorcamientos
de gatos sin censo.
En el impoluto parque,
de columpio ergonómico,
florece el excremento
de estos dias raros.
Que recuerdos de la infancia en el parque.
ResponderEliminarAhora llevando a mi niño vuelvo ha recordarlos.
Un buen verso que nos hace sentirnos niños otra vez.Gracias don filo.