Tú podrías
ser la guía
de este ciego
de ceguera
de la vida.
De cojera
de paso negro,
de embestida,
de arrebato.
El hombro grato
en qué apoyar
la duda,
la espesura
del no estar,
estando,
pesando,
poco,
levitando,
loco,
cuerdo,
caminando
en paso ronco,
en estruendo.
Tú podrías,
si quisieras,
ser la esfera
de la órbita,
la mía,
única e insólita.
Indómita hembra
que atiende
a mi llamada
y suspende
la jornada
y me siembra,
me riega
y me sustenta
y no niega,
la música más lenta,
violenta,
que mece mi colchón,
desguaza mi edredón
e intenta,
se inventa,
y nubla mi razón.
martes, 25 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
-
Me llegan cantos de terrón en voz de musgo, en voz de ave que sortea los pentagramas volando desde la entraña para arroparme en el duerm...
-
Entre años raros te despliegas en esplendores de esperanza. Entre meses raros y terminales de nuevas eras te proclamas plena, tú, peque...
-
La hojarasca borra todo el sendero y los árboles no avisan, como intentan los semáforos tras la nevada urbanita. La importancia de las s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.