No debe saber mi enemigo
de los renglones de mi cuaderno
pues poderoso se cree
creyéndome vulnerable.
Mas tengo historia intensa
y lidié reses mas bravas
en plazas de más tronío.
No me arredran altiveces
de señoritos de pueblo
que hubo esquinas más fieras
que anhelaron mi nuca.
El matoncillo emboscado
no conoce escaramuzas
en ciudades de entidad
ni que hay maldades que superan
sus bellaquerías de gañán.
Sus voceros debieran
tomar nota en consecuencia
que reir gracias no es vano.
Sigo aquí,
sin temor al encuentro
que de otros libré
y sigo entero.
No fui yo
quién destapó la caja
de todos los truenos.
domingo, 20 de enero de 2013
Historiales
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