Se escapa la mañana
entre teclado y café insistente.
Habrá que vivir,
por ejemplo,
bajando a la superficie del fregadero
que clama por atenciones.
Nada trascendente,
muy mundano pero consistente
argumento de existencia.
Orden y concierto en lo pequeño,
no todo es mente
y la bayeta ayuda a comprender realidades.
Asaltar la cocina
y ejercer la alquimia en vitrocerámica,
alteraciones moleculares para el alimento
de este envase de demencia congelada.
No hay entusiasmo
en la tarea irrelevante,
pero consuela pensar
en Diógenes sufriendo.
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