Por ser pincel que declina
moldear el blanco puro,
de áspero se me tacha,
casi de brocha.
Más de sombras a trazo grueso,
sin perfilar los rostros que me pueblan,
que no son de altar los lienzos
que vulnero,
que son de calle sucia,
ebria de amargores.
De niños sin alar,
terrenos y puñeteros
tras el berrinche.
De taciturnas novias
posando interrogantes,
dudosas.
De mendigos rabiosos
y nobles pendencieros.
Cadáveres sin velar,
soledades definitivas.
Pincel de aire viciado,
de óleos sin aroma.
moldear el blanco puro,
de áspero se me tacha,
casi de brocha.
Más de sombras a trazo grueso,
sin perfilar los rostros que me pueblan,
que no son de altar los lienzos
que vulnero,
que son de calle sucia,
ebria de amargores.
De niños sin alar,
terrenos y puñeteros
tras el berrinche.
De taciturnas novias
posando interrogantes,
dudosas.
De mendigos rabiosos
y nobles pendencieros.
Cadáveres sin velar,
soledades definitivas.
Pincel de aire viciado,
de óleos sin aroma.
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