A veces caen
las horas insomnes
sobre mi frente quebrada.
Se expande la noche
en abanico de plomo
y el ser se agrava.
Ahumo el pecho
y hay parto de palabras,
prematuras siempre,
que vomito
de mal digeridas.
Elucubro sobre este ansia
por dejar constancia escrita
y pienso en las ideas
como miasmas tóxicas
que expeler debiera.
Quizá sea locura cierta,
y sólo ejecuto dictado
por las voces que niego.
Perdona, pues,
lector paciente,
estas breves neuras
que te llovizno.
las horas insomnes
sobre mi frente quebrada.
Se expande la noche
en abanico de plomo
y el ser se agrava.
Ahumo el pecho
y hay parto de palabras,
prematuras siempre,
que vomito
de mal digeridas.
Elucubro sobre este ansia
por dejar constancia escrita
y pienso en las ideas
como miasmas tóxicas
que expeler debiera.
Quizá sea locura cierta,
y sólo ejecuto dictado
por las voces que niego.
Perdona, pues,
lector paciente,
estas breves neuras
que te llovizno.
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