para pintar girasoles
en el sueño que te entrego.
Girasoles ingrávidos
orbitando tu lecho
de sábanas de espuma.
Después pinté relojes
que se fundían
al sol del desierto
de mi afán más líquido.
Rompí los pinceles
y rasgué los lienzos
cuando descubrieron
mi impostura
de pintor de réplica.
Ahora imito trinos
de jilgueros exiliados
y canto en el alféizar
de tus mañanas cálidas.
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