No nos contaron la historia
de las rosas de esplendor
cuando marchitan en crudo
pudriendo la solera
y el candor se torna larva.
Los valses también mueren,
desafinando el tropiezo
y la cintura se desdibuja
al torpe paso del príncipe
no tan azul.
Nos mintieron con los héroes,
con los amores de ensueño,
a veces gana el villano
todos los duelos
y querer no es tener,
es desafuero.
Hay deseos concertados
y amores de desconcierto.
Gente de a diario
y dioses de mero lodo.
Asesinos natos
y de academia.
Doctores de iglesia
y homeópatas de cementerio.
Hay libros dignos de quema
y cuadernos que nos salvan.
Hay mujeres,
hay hombres
y sepulturas.
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