Aníbal conquistó sin elefantes
el Mieres a la orilla del Caudal,
aunque no faltó quien obrara mal
por medio del panfleto difamante.
Y es Mieres un bastión de buena izquierda,
honrada y transversal sin aspavientos,
alérgica a malos experimentos
y Aníbal es paisano gane o pierda.
El pueblo le otorgó legislatura
tras haber superado cuentas malas
y dejar abonadas las facturas.
Es hora de ponerse a pico y pala
y levantar la tierra negra y dura
que en Mieres el voto no se regala.
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