La cadena,
bien forjada
por herreros ausentes,
indefinidos,
es el engranaje,
la transmisión de la condena
que compartimos,
sin voluntad
ni culpa,
contaminando hermanos
con la plaga
del vasallaje.
Tanto deslumbra
el brillo del eslabón
que,
cegados,
vemos alhaja
donde hay grillete.
bien forjada
por herreros ausentes,
indefinidos,
es el engranaje,
la transmisión de la condena
que compartimos,
sin voluntad
ni culpa,
contaminando hermanos
con la plaga
del vasallaje.
Tanto deslumbra
el brillo del eslabón
que,
cegados,
vemos alhaja
donde hay grillete.
A veces las condenas tambien se conparten con voluntad y estamos tan cegados que reálmente no vemos lo que hay en realidad,no vemos la verdad,la mentira,la maldad.
ResponderEliminarLo triste de todo esto es que sin darnos cuenta nosotros mismos nos codenamos.