sábado, 4 de diciembre de 2010

De espanto curo
si me apuro
en comprender los vientos,
argumentos
para topar con muros
de leve argumento.
El esperpento
del momento
mas inseguro,
y predecir futuros
nunca intento,
y así viene la bofetada,
la espantada,
la voz callada
que dice tanto
que me decanto
por la almohada.


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