Hasta en los lechos de pétalos
se agrían las convulsiones.
Y es que la carne es
perecedera sustancia
que se sostiene en ansias
de la caótica mente
que del capricho hace meta.
Hasta en los oros bordados
de los tálamos reales
la muerte posa
su equitativo aliento.
Amar es vida
y como vida
es muerte.
Muerte de mieles
y edulcorados cianuros.
A piel se vive
y por la piel se exuda
el jugo último de todos los finales.
se agrían las convulsiones.
Y es que la carne es
perecedera sustancia
que se sostiene en ansias
de la caótica mente
que del capricho hace meta.
Hasta en los oros bordados
de los tálamos reales
la muerte posa
su equitativo aliento.
Amar es vida
y como vida
es muerte.
Muerte de mieles
y edulcorados cianuros.
A piel se vive
y por la piel se exuda
el jugo último de todos los finales.
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