No espero yo más vida,
que bastante ésta acorrala,
ni días de hojas secas
en el sendero escarpado.
Mi rastro es leve
y lo barrerá la llovizna,
no tengo vocación fósil
de perdurar en archivo,
pues igual me dará
cuando no sea.
Agota tanto el testimonio
cuando todo se presencia,
que no habrá pena
en el sobreseimiento.
domingo, 20 de septiembre de 2015
No espero.
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