Estas tardes en que se densa la estancia,
sin saber motivos que espesan
esta salsa vital y lo previsto.
No es que sean hostiles las figuras,
será el contexto,
el paisaje,
la escena y el texto,
pero da igual.
Seguiré paseando triste semblante,
con el pañuelo cuestionado
al cuello en degüello
y me reinvindicaré erguido,
desafiante a nadie
pero a todo,
sin renegar de ningún pasado
y rebotando las saetas
de los bienpensantes.
Nadie podrá conmigo,
o cualquiera podría
e igual daría
pero soy,
mientras tanto esto que hay.
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