Entré por las ventanas
de esta vida a contratiempo,
como un mal viento
adobado con sal
robada de algún mar.
Borré las carreteras
recorridas a carreras
contra la esfera
de este mundo lunar
que no quiere parar.
No me queda más que un fin,
tu escalera,
y tú no me dejas subir
ni me esperas.
Así que aquí me quedo
acampado en descansillo,
bajo un visillo
que no me deja ver
si quiero o no volver.
Cantaré de madrugada,
molestando a los vecinos,
versos prohibidos
que nunca publiqué
y te avergonzaré.
Porque así quiero vivir,
a la espera,
ni contigo ni sin tí,
mala fiera.
jueves, 17 de junio de 2010
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