Y dicen que vienen magos
de cierta parte de Oriente,
yo les sigo la corriente
no vayan a tener amagos
de infarto o mala corriente
que esos son malos regalos
aunque hayan sido malos
o mediocres o indecentes.
Pero son nuestros adultos,
los que en suerte nos tocaron,
nuestros pañales pagaron
y cargaron con el bulto,
el bulto que ellos quisieron
porque no nos preguntaron,
y en nosotros reflejaron
frustraciones que tuvieron.
Así que recibiremos
sus presentes ostentosos,
los veremos orgullosos
y sorpresa fingiremos
ante presentes inocuos.
más valieran los afectos,
con virtudes y defectos,
que perderse en circunloquios
de pagar con el derroche
el mantener propiedad
que se pierde con la edad,
todo día tiene noche.
Mas hagámoslos felices
creyéndonos inocentes,
miremos hacia el Oriente
que no crecen las narices
por mentir de forma sana
por su buen envejecer,
que este es nuestro padecer
desde lo de la manzana.
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Irónico, crudo, sacástico describes a la perfección la descarnada realidad.
ResponderEliminarPero, sabes?... no es fácil ofrecer como regalo nuestro sentimiento.
Un abrazo y feliz amago de tradición.