Están ahí,
apoyados en las barandas de la vida neutra,
espectadores de tu tránsito por la cinta de este matadero,
indolentes y entretenidos,
matando el tiempo a mirada de zoológico
como si no fueran bestias de evolución corta.
Instalados en la tribuna oscura,
negros y opacos como sombras lúgubres,
sólo el contraluz les delata ahí,
encorvados y mezquinos,
testigos de la vida ajena
tras haber hecho sus camas adúlteras
y desayunado café prestado.
Son legión los que miran,
los que no hablan,
los que balan cual rebaño,
sentenciando verdades del arriero
y haciendo que nada cambie,
o cambie un poco,
forma sin fondo,
silueta,
poca luz para mejor no ver
lo que es evidencia a toneladas métricas.
realité
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