En rojo se pinta esta ciudad de manzanas rotas
en borde de vaso fino.
En rojo se prohíbe y se cierra,
ordena la parada
porque en lo estático se instala
y hacia atrás mira.
De lo que fue en rojo
y en rojo se funde.
En rojo del carbón
en la cocina del vale
y en rojo de banderas
de dos siglos de derrotas.
Luz roja en la calzada,
en las aceras luces rojas
de garrafón y medias baratas
dónde las penas se ahogaron.
Queda el bronce,
nostálgico ornamento,
rojizo de lloviznas
y verde de ansiedades.
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