De pedernales,
que yo me hice un abrigo
de pedernales,
para que al roce haga fuegos
artificiales.
Artificiales,
como son las palabras
habituales,
al pueblo del poderoso
para engañarle.
Para engañarle,
envolverlo en bandera
y traicionarle.
Robarle la cartera
y manipularle.
Manipularle,
por la radio, la tele
y redes sociales,
para un golpe no bastan
los generales.
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