Tras la celosía
de un confesionario oscuro
se camufla el mal
engullendo pecados.
En los altares,
carne y sangre en ofrenda
y sermón de estafa
entre acordes pegadizos
de canciones robadas.
No dejéis,
en verdad os digo,
no dejéis
que los niños
se acerquen,
ni de lejos,
los niños
se acerquen allí.
de un confesionario oscuro
se camufla el mal
engullendo pecados.
En los altares,
carne y sangre en ofrenda
y sermón de estafa
entre acordes pegadizos
de canciones robadas.
No dejéis,
en verdad os digo,
no dejéis
que los niños
se acerquen,
ni de lejos,
los niños
se acerquen allí.
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