Hay que salir,
esquivar galopes
de caballos de mar,
reivindicando la acera
como arrecife.
No busques portales
de agua en cascada
donde esconderte
de llamas en procesión
que el fuego es ciego,
no puede verte
pero oye la carrera.
Saca las manos
de los bolsillos candados,
libéralas para la guardia
o el ataque preventivo
que hay puñal en cola.
Y flota el plomo
como llovizna,
mas no funde en el impacto,
lento perfora,
como norma cotidiana.
Denso tráfico
de rabia en carruaje,
carrozado obús
insensible al rojo
usurpa caminos
de paso olvidado.
El reloj no cede
ni atenua el retraso
por mucho accidente
y celada nueva
que fragüe el recorrido.
Sin duda he recorrido la calle Sierpes durante las rebajas. Un paseo bello y agónico. Me angustia mucho la muchedumbre, pero la prefiero en las calles que en un centro comercial.
ResponderEliminarUn saludo. Me gustó tu espacio.
www.jesusdominguez.blogspot.com
Gracias por la visita y me agrada que le guste. He visitado su casa y he decidido enlazarle.
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