Las calles se abren
en las mañanas de sol tardío
y la vida invita
a batir las alas,
renovar los pólenes
ya caducos
sobrevolando las últimas flores.
Cazar al vuelo
las músicas huidizas
para ilustrar otra página
de este diario convulso.
Bailar al ritmo de las bandadas
de los estorninos más locos
y sonreír levemente
a la gente fresca
que madruga las aceras.
Gente sin doblez
ni dobladillo
que construye los días
a pincel cálido.
en las mañanas de sol tardío
y la vida invita
a batir las alas,
renovar los pólenes
ya caducos
sobrevolando las últimas flores.
Cazar al vuelo
las músicas huidizas
para ilustrar otra página
de este diario convulso.
Bailar al ritmo de las bandadas
de los estorninos más locos
y sonreír levemente
a la gente fresca
que madruga las aceras.
Gente sin doblez
ni dobladillo
que construye los días
a pincel cálido.
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