Domingo de andén,
de traqueteo
hasta el centro,
pues es Madrid
quien me llama,
y me arrastran lastres,
cargas de deber
que podría obviar.
Aun desganado,
hastiado de nada,
iré cubriendo expediente.
Y me llevo mucho,
que llevo enredado
en un dedo
un cabello tuyo,
hilo telefónico,
conexión umbilical
con tu risa de duende.
No notarás vacío
que queda mi sombra
arropándote
y mi aliento en el aire
dirá tu nombre.
de traqueteo
hasta el centro,
pues es Madrid
quien me llama,
y me arrastran lastres,
cargas de deber
que podría obviar.
Aun desganado,
hastiado de nada,
iré cubriendo expediente.
Y me llevo mucho,
que llevo enredado
en un dedo
un cabello tuyo,
hilo telefónico,
conexión umbilical
con tu risa de duende.
No notarás vacío
que queda mi sombra
arropándote
y mi aliento en el aire
dirá tu nombre.
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