viernes, 1 de mayo de 2020

CIERTA INDIGENCIA

No me quedan momentos sueltos
en los bolsillos ciegos
para pagar la estancia
en este salón tan gastado.

Murmura el televisor
de fondo las mismas fábulas
con moralejas de serie
mientras yo tecleo
lo que mi mente indigesta
vomita a cada nada.

De tontos es consuelo
saberse uno más
en la tormenta de la sandez.

Estornino en la bandada
ondulante
de falso vuelo
con las cortadas alas
del ave de ornamento.

Llega la hora de la ovación
y me suena hueca,
como lluvia premeditada
para barrer las calles
de las octavillas más falsarias. 

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