Hay infinidad de peces sin derramar
en los tuétanos del ansia antigua.
La piel es envoltura seca
de todo lo que hay por dar
y las manos son torcidas raíces
que se infusionan en gel hidroalcohólico.
En tanto esto,
la vida sigue o no
y se hace insoportable el ruido
de los ternos delegados
y los pregones a cada hora.
Los jilgueros trinan con sorna
al ver las máscaras de las nuevas aves.
en los tuétanos del ansia antigua.
La piel es envoltura seca
de todo lo que hay por dar
y las manos son torcidas raíces
que se infusionan en gel hidroalcohólico.
En tanto esto,
la vida sigue o no
y se hace insoportable el ruido
de los ternos delegados
y los pregones a cada hora.
Los jilgueros trinan con sorna
al ver las máscaras de las nuevas aves.
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