Fue igual que pisé tanta hierba,
por cortar,
recién segada,
de la prieta sureña
y de la explosiva de los nortes.
Fue igual que tanta arena retuve en los pulgares
de mis pies salinos
de recorrer estrechos y anchos,
de Mediterráneos de azul imposbible
y de Atlántico del gris espumado.
Puede que sea que caminé mas de lo debido,
fue igual que pudo ser,
que ahora parece que arraigar quisiera,
como en retorno en arbusto,
en encina,
en ciprés,
en sauce llorón de sombra para los amantes febriles.
Fue igual que no fue tanto pero tanto fue.
Tanto fue en lo breve, en lo intenso,
en lo denso y lo leve,
en lo lleno y en el vacío.
Igual fue que fue eso.
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