en medio de tanto ruido cárdeno,
ruido leñoso de murmullo en grupo ralo
o aspavientos de voz en grito en lo social acotado.
El letargo en la caverna de un salón conectado en maraña,
quizá demasiado redado y enredado aun para lo terapéutico,
lo deseable para ignorarse, sedarse, volarse en pedazos de voluta
de gas carbónico.
El letargo como economía energética de malos vientos,
de malos aires de confusas luces de cruce,
de malos aires del mal querer por no odiar más de lo nunca aconsejable
y rectificarse en lo sabio,
regular el ralentí de lo pretencioso y ejercer deriva.
El letargo de la balsa,
de la hoja muerta y el lagarto más amarillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.