No depende mi cordura
de la noche o la mañana,
el sabor de la manzana
me vuelve loco o me cura
de este vivir patológico,
de este mal de la luz ciega
que bien me afirma o me niega
en diario despropósito.
No queda retal de seso
para forjar mi cabeza
que a fundirse casi empieza
por argumentos de peso.
Que todos tienen razones
para juzgar el delirio,
las pocas luces de cirio
que aun apilo en mis cajones.
No me busquen tratamiento,
desahúcienme en terminal,
intérnenme en un panal
que haré miel de pensamiento
con polen de aquellas flores
de pétalos de roja idea,
negándome al "así sea",
y a esos dioses tan mayores.
Mis espectros y fantasmas
habitarán la colmena,
como habitaron mi pena
y el vacío de mis palmas.
de la noche o la mañana,
el sabor de la manzana
me vuelve loco o me cura
de este vivir patológico,
de este mal de la luz ciega
que bien me afirma o me niega
en diario despropósito.
No queda retal de seso
para forjar mi cabeza
que a fundirse casi empieza
por argumentos de peso.
Que todos tienen razones
para juzgar el delirio,
las pocas luces de cirio
que aun apilo en mis cajones.
No me busquen tratamiento,
desahúcienme en terminal,
intérnenme en un panal
que haré miel de pensamiento
con polen de aquellas flores
de pétalos de roja idea,
negándome al "así sea",
y a esos dioses tan mayores.
Mis espectros y fantasmas
habitarán la colmena,
como habitaron mi pena
y el vacío de mis palmas.
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