La camisa ahorcada
en un perchero anciano
renuncia a la indumentaria
en días de piel ácida.
La mancha se expande,
late viscosa
en cada rincón polvoriento
y la luz declina
asistencia a evento de cristales.
Plañideras las lunas,
siempre en menguante,
señalan senda de fuga,
rendición o cadalso.
Tras la ventana líquida,
fina lluvia de estío
entona burlona
música zafia,
sones de presidio.
La mancha se expande,
adhesiva y tibia,
mientras la memoria
se esconde
en cajones de ceniza.
sábado, 21 de junio de 2014
Mancha
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
-
Me llegan cantos de terrón en voz de musgo, en voz de ave que sortea los pentagramas volando desde la entraña para arroparme en el duerm...
-
Los propósitos en apósito y lo pendiente pendiendo en un tendedero a la deriva de los temporales. Con las cartas tan marcadas se confunde ...
-
La hojarasca borra todo el sendero y los árboles no avisan, como intentan los semáforos tras la nevada urbanita. La importancia de las s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.