Van cayendo las horas
para traer el retorno.
La carretera está tendida
de nuevo
para desandar
desde la tierra.
Desde la tierra
a la tierra,
del suroeste
al norte
en plateada ruta,
abriendo herida
en la mejilla callosa
de esta vieja península.
Van cayendo las horas
sobre la maleta henchida
de memorias robadas,
sabiendo que tras la noche
vendrá un día peregrino
a los templos cotidianos.
Huida o regreso,
exilio y acogida,
otras músicas
y otros aires
destilados a nube recia.
Van cayendo las horas
del árbol de la ciencia,
el de las opciones,
y habrá que mover la raíz
de este suelo anaranjado.
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