sábado, 13 de junio de 2020

DÍAS DE MANOS LENTAS

En los días de manos lentas, 
voces aladas 
y abrazos sugeridos, 
se gestó la historia fugitiva 
de un mundo por situar. 

Tras la peste la ira guardada, 
tras la ira los solares de ceniza 
y el holor a humo 
de los muertos más atónitos. 

En los días de manos lentas 
se desempolvan los armeros 
y se invoca la mordedura. 

No me coge en buen momento 
tanto torbellino, 
que no anda uno para anales de la historia, 
para tanta resolución postergada 
y tanto resuelto advenedizo. 


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