y fue el destello,
el resplandor a ritmo latino
o electrónico,
o el estruendo
de los muros y las carrocerías.
Fue un segundo de nada
para que la nada asolara
la ciudad de paso,
la que siempre llora muerte temprana.
Es un crujido el alma
que se rompe en la matriz
en carne viva.
San Xuan sin fuegos
pero el estampido rompió la tarde lluviosa.
Viajes absurdos a ninguna parte,
se desgajó la fruta joven
en muerte nunca anunciada.
Duele el aire en las preguntas
y las respuestas ni son necesarias
cuando se derramó la vida
en la ciudad de paso.
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