Fácil sería huir
a donde emigran las rosas,
donde gobierna la cigüeña
y el lobo,
ministro de lo justo,
envía leones armados
a desterrar la hiena.
Donde hubiera tierra
sin ocultar cadáver prematuro,
donde el agua no anegue,
solo de riego,
medicina de sed
lavando escorias.
Como no pedir visado
y expatriarse sin raíz tirante
a un lugar cierto,
de leyes a un renglón,
donde,
al llegar la muerte,
te demande con un beso.
Sinceramente, La Muerte que no me demande ni con un beso, ni con nada...
ResponderEliminar:-)