A salvo de sus secretos
serenamente soñados
y sentidos en soledades
de semanas seguramente
saturadas de silencios sordos.
Sin asilo en Sagrado,
sólo en la antesala de lo siniestro,
soliviantado a la suerte,
sorteó los siete sellos
en seguro sacrilegio,
sabedor de la sentencia.
Siete sables
de siete soldados
silbando sangres de suspiros,
ensartando siluetas
y salpicando sotanas,
de sermón secular.
Sitiado,
sorprendido al asalto,
siervo de su ser,
sometido y santificado
sin señas ni sortilegio,
sumido en los sótanos
suspendido en sedas,
sin saber soltarse del señuelo.
Lo entiendo, lo entiendo, la cosa va de "ses". ¿Y eso sin buscar en el diccionario? ¡Pues tiene su mérito!
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