Tengo el ajuar repleto
de expresiones a medida,
de actitudes y ánimos de diseño.
Vestuario desfasado,
sin tallaje apropiado
para mi ser de hoy,
engrosado de experiencias
donde perdí el talle
quebrándolo en el regate.
Las sonrisas claras,
aún sin gastar,
se encojen al acoplarse
frunciendo y atirantando
el rostro sin hábito,
sin ya costumbre
de lo amable.
Se engola la carcajada,
aprisionando garganta
cual corbata almidonada
de infrecuente ceremonia.
Las miradas transparentes
de terso ceño
no encajan entre las sienes
y el ojo,
entrenado de escudriñar,
pelea por lo profundo,
por el cobijo
de recelosa ceja
bajo frente pesada,
apuntalando pensamientos
en ruina declarada.
Buenas noches, Ramirez...
ResponderEliminarLas musas no han "pasao" de usted...¿no piensa darles vacaciones?
:-)
Saludos.
Las sonrisas claras,
aún sin gastar,
se encojen al acoplarse
frunciendo y atirantando
el rostro sin hábito,
sin ya costumbre
de lo amable.
Un placer leer poesía distinta
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