Invadido por la náusea,
por el asco cansado
a tanto vómito iterado,
tengo un cólico de rabia,
de morder a desgarro,
de degüello de hiena.
Rompo mis ropas nuevas,
uniformado en jirones
husmeo buscando
la presa que me busca
para pieza suya
y acecho ansiando
adelantarme en la batida.
Irredento y salvaje,
limpio y puro de lobo,
no hay contricción
ni penitencia que me acote.
Para las recaídas, están las resubidas....no se olvide Ramirez...
ResponderEliminarCurioso poema... :)
ResponderEliminarDoctor,
Crítico de Blogs
Gracias Elbereth, como siempre.
ResponderEliminarDoctor, no sé por qué pero su visita me inquieta.