No cabría en mí
ni aun teniendo sitio,
pues no quepo
en el envase carnal,
encofrado a hueso,
que me porta
como cáliz.
Y me desbordo
pues soy líquido,
ácido,
urticante,
pero líquido
sometido a mareas.
viernes, 30 de abril de 2010
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